El futuro de la salud se verá impulsado con mucha intensidad por la transformación digital. Eso es un hecho indiscutible y de avance rápido y progresivo. La transformación se verá – adicionalmente – impulsada por los datos interoperables y por el uso creciente de plataformas abiertas y seguras. Esa evolución de la salud se concentrará en dos grandes campos: el mantenimiento del bienestar y la respuesta a las enfermedades, lo que desembarcará en una mejor calidad de vida y posiblemente en el alargamiento creciente de la longevidad humana.
Es posible que, en los próximos veinte años, enfermedades como la diabetes y muchas de las manifestaciones de cáncer se verán derrotadas por el avance científico. La prevención y el diagnostico precoz se vuelven instrumentos habituales en el arsenal médico. Los exámenes y la aplicación de herramientas sofisticadas pueden conducir a que muchos diagnósticos y cuidados se realizan en ámbitos domésticos, transformando en forma decisiva y profunda a las instituciones medicas tal como hoy las conocemos.
Sabemos que, en la actualidad, la mayoría de las estructuras de salud nacionales – públicas y privadas – se componen de un conjunto de sistemas desconectados (planes de salud, mutuales, sistemas hospitalarios, empresas farmacéuticas, fabricantes de dispositivos médicos, unidades móviles de atención y reanimación, etc.), Hacia 2030/2040, se espera que el hoy llamado paciente se convierta en el centro del modelo de salud.
De acuerdo con el último estudio del Centro de Deloitte para Soluciones de Salud (2023): “los datos interoperables y siempre activos promoverán una colaboración mas estrecha entre los actores relevantes del sector y los operadores tradicionales, y los nuevos participantes (disruptores) ofrecerán nuevas combinaciones de servicios. Es probable que las intervenciones y los tratamientos sean mas precisos, menos complejos, menos invasivos y más baratos.
La salud se definirá en forma holística cono un estado general de bienestar que abarca la salud mental, social, emocional, física y espiritual.
De esta manera, las personas solo tendrán acceso de información detallada sobre su propia salud, sino que serán dueños de sus datos de salud y desempeñarán un papel central en la toma de decisiones sobre su salud y bienestar”.
