Las grandes tecnológicas hacen caso omiso a DeepSeek y a sus inversores: van a gastar en inteligencia artificial cerca de 290.000 millones de euros en 2025.
Durante sus recientes presentaciones de resultados trimestrales, las grandes tecnológicas han confirmado su intención de seguir adelante con las inversiones masivas en desarrollo de modelos y construcción de infraestructuras de IA.
Cuando DeepSeek saltó a la palestra hace ya unas semanas y demostró —publicación de artículo académico mediante— que era posible desarrollar y llevar a cabo el entrenamiento de un modelo de inteligencia artificial (IA) tan potente como los más punteros de OpenAI, todo parecía indicar que las Big Tech iban a tomar nota.
Si esta startup china podía hacerle la competencia a la desarrolladora de ChatGPT utilizando unos microchips de Nvidia considerablemente menos potentes que los que la empresa de Jensen Huang está tratando de comercializar hoy, las grandes compañías del sector tecnológico podían cerrarle el grifo a la inversión en IA.
Además, el modelo desarrollado por la compañía de Liang Wenfeng parecía haber llegado en el momento justo para que eso fuese así: unos días antes de que tuviesen lugar las presentaciones de resultados trimestrales de las principales firmas de tecnología, en las que sus accionistas podían cuestionarles por seguir invirtiendo tanto dinero en inteligencia artificial cuando DeepSeek había demostrado que no era necesario.
Sin embargo, parece que ni los inversores especializados en este sector ni la propia startup china han conseguido girar el timón del gasto masivo en IA.
Como recoge Financial Times, las cuatro principales empresas del sector tecnológico en Estados Unidos —Alphabet (Google), Amazon, Meta (Facebook) y Microsoft— tienen previsto invertir en inteligencia artificial más de 300.000 millones de dólares (unos 289.000 millones de euros al tipo de cambio actual) durante el año 2025.
Los 300.000 millones se deberían en gran parte a Amazon, que ha superado a sus rivales directos y ha anunciado un gasto previsto para este año de más de 100.000 millones de dólares (96.000 millones de euros) en infraestructura de IA. Por ejemplo, para la construcción de nuevos centros de datos para filial, Amazon Web Services o AWS.
Según ha informado el medio británico, la inversión en inteligencia artificial de estas cuatro compañías ya aumentó un 63% el año pasado, hasta alcanzar niveles históricos, pero ahora los ejecutivos de estas organizaciones han prometido acelerar todavía más su gasto en IA, ignorando así las preocupaciones de los accionistas respecto a las enormes sumas que se están destinando a esta incipiente tecnología.
Cabe recordar aquí que, tanto Microsoft como la matriz de Google (Alphabet) han llegado a perder estos días hasta 200.000 millones de dólares (192.000 millones de euros) de valor de mercado tras haber presentado unos resultados financieros más débiles de lo esperado en sus respectivas divisiones de computación en la nube.
El director del fondo de crecimiento concentrado de Estados Unidos en Alliance Bernstein, Jim Tierney, ha declarado a Financial Times que «el entusiasmo desenfrenado en todo el sector por los Siete Magníficos ha sido reemplazado por focos de escepticismo y ha creado algunas situaciones de a ver, enséñame«.
«Las preocupaciones que he tenido desde el verano se han magnificado hoy», ha reconocido este analista en bolsa, que ha añadido: «Si vemos —o cuando veamos— la aceleración del crecimiento de la nube en Google o Azure [de Microsoft], o veamos mejorar la aceptación de Copilot, los inversores se sentirán más cómodos invirtiendo en Alphabet o Microsoft. Mientras tanto, los modelos de IA más baratos y comercializados probablemente amplificarán las preocupaciones de los accionistas»
Ramón Armero es periodista y escritor, colaborador de Business Insider España. Ha colaborado con otros periodistas como Hugh Langley y Hasan Chowdhury en artículos relacionados con la inteligencia artificial y las empresas tecnológicas.
Ray Kurzweil ha acertado muchas predicciones que años atrás parecían del todo inverosímiles. Es uno de los grandes profetas tecnológicos del mundo y asegura que a partir de 2032 dejaremos de envejecer gracias a la IA.
La idea de la inmortalidad ha sido un sueño de la humanidad desde tiempos inmemoriales. Pero, según Ray Kurzweil, uno de los futuristas más influyentes del mundo y actual investigador principal de Google, la posibilidad de detener el envejecimiento y revertir la edad biológica podría estar a solo unos años de convertirse en realidad.
Kurzweil, quien ha acertado en muchas de sus predicciones tecnológicas del pasado, afirma que la convergencia entre la Inteligencia Artificial (IA), la biotecnología y la nanotecnología permitirá que, a partir de 2032, por cada año que vivamos, ganemos otro, logrando así la llamada “Velocidad de Escape de la Longevidad”.
La IA como la clave para la inmortalidad:
En una reciente entrevista con El País, Kurzweil detalla su visión sobre el futuro de la humanidad y cómo la IA jugará un papel clave en detener el envejecimiento y mejorar la biología humana. Según el tecnólogo, la ciencia ya está avanzando hacia una etapa en la que la IA será capaz de desarrollar soluciones médicas personalizadas en tiempo real, acelerando el descubrimiento de fármacos y permitiendo que la longevidad humana aumente exponencialmente.
“Ahora, cuando vives un año, pierdes otro de tu longevidad. Pero alrededor de 2032, por cada año que vivas, ganarás otro. Tu salud retrocederá en el tiempo”, afirmó Kurzweil.
Este planteamiento está basado en lo que él llama la “Ley de Rendimientos Acelerados”, la cual indica que el progreso tecnológico sigue una curva exponencial y no lineal. Es decir, los avances que antes tardaban décadas en desarrollarse ahora ocurren en cuestión de años o incluso meses.
Nanorobots en el cuerpo humano:
El siguiente paso. Otro de los pilares que sustentan la predicción de Kurzweil es el uso de nanorobots en la medicina, un tema que abordó en su libro The Singularity is Nearer y que ha sido analizado en un artículo publicado por Popular Mechanics.
Los nanorobots son unas esferas de sílice de media micra de diámetro envueltas por muchísimas enzimas de ureasa. Estas reaccionan con la urea presente en nuestra orina y producen movimiento.
Según el futurista, en las próximas dos décadas los nanorobots podrán circular por el torrente sanguíneo humano, reparando células dañadas, eliminando toxinas y rejuveneciendo órganos y tejidos. “Los nanobots podrán mantener el cuerpo en un estado de salud óptimo indefinidamente. Incluso podrán reemplazar por completo los órganos biológicos si es necesario”, explica en Popular Mechanics.
En su visión del futuro, el cuerpo humano podría estar compuesto en más de un 99,9% por tecnología, permitiendo incluso la fusión total entre el cerebro y la nube.
¿Realidad o ciencia ficción?:
Predicciones acertadas. Si bien muchas de sus predicciones han generado escepticismo en la comunidad científica, lo cierto es que muchas de sus afirmaciones pasadas han terminado cumpliéndose. En su libro La Singularidad está cerca, publicado en 2005, Kurzweil predijo que en 2029 la Inteligencia Artificial superaría a la inteligencia humana, algo que hoy en día parece cada vez más cercano con el avance de modelos como GPT-4, Gemini o DeepMind.
El investigador insiste en que la humanidad está en camino de trascender sus limitaciones biológicas y que, en cuestión de dos décadas, podríamos alcanzar un punto en el que morir de vejez ya no sea una inevitabilidad, sino una opción.
Marc Mestres es periodista especializado en redes sociales y contenido viral en internet. Escribe para E-Notícies en la sección «Lo +», donde cubre tendencias populares y temas virales.
Nacido en Sant Feliu de Llobregat en 1991, Mestres es licenciado en Periodismo por la Universidad Ramon Llull (URL) y tiene un Máster en Marketing Digital por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Comenzó su carrera con prácticas en Catalunya Ràdio y, desde entonces, ha colaborado con varios medios de comunicación destacados, como Radio Marca Barcelona, El Nacional y Mundo Deportivo. Actualmente, gestiona el contenido de Cribeo en La Vanguardia.
Además de su trabajo en medios digitales, Mestres ha colaborado en artículos sobre temas tecnológicos, como las predicciones de Ray Kurzweil sobre la inteligencia artificial y la longevidad humana.
«Atacando directamente el poder y la influencia de los gigantes tecnológicos, los europeos aún pueden crear una alternativa. Sólo así la tecnología podrá seguir contribuyendo a nuestra prosperidad común, en lugar de convertirse en una herramienta de dominación que permita a una minúscula élite avasallar al resto de la humanidad.»
Piezas de doctrinas Poderes de la IA
Mientras los líderes mundiales se reúnen en París hoy y mañana para la Cumbre de Acción sobre la IA, nos encontramos ante un momento crucial en la trayectoria de la inteligencia artificial. El conjunto de tecnologías comúnmente denominadas IA ya ha transformado las industrias y promete remodelar las sociedades. Pero la pregunta crucial sigue siendo: ¿en interés de quién se está produciendo esta transformación y qué tipo de futuro está construyendo?
El biólogo Theodosius Dobzhansky pronunció esta famosa frase: «Nada en biología tiene sentido si no es a la luz de la evolución». En la era de la IA, podríamos decir que «nada tiene sentido excepto a la luz de las luchas de poder». Esta profunda rivalidad determina quién controla la IA, a qué intereses sirve y qué valores guían su desarrollo. En la actualidad, la mayor parte de este poder se concentra en manos de unos pocos gigantes tecnológicos.
La historia nos enseña los peligros de una excesiva concentración de poder. En la Europa medieval, los avances en la agricultura aumentaron la productividad, pero apenas mejoraron la vida de los trabajadores. La nobleza y el clero, que poseían los bienes y controlaban la riqueza, disfrutaron de todos los frutos de la mejora de la tecnología y la organización de la agricultura, mientras los trabajadores seguían luchando en la pobreza. Es una pregunta que también se plantea hoy. El camino que tome la inteligencia artificial determinará también el reparto de los beneficios económicos entre la población y configurará el tejido de las sociedades en las que vivimos.
La historia nos enseña los peligros de la concentración del poder.
Dos direcciones principales son bastante obvias.
La primera es la búsqueda incesante de la inteligencia artificial general 1, y luego de la superinteligencia, en la que las máquinas superan a los humanos en casi todas las tareas. Aunque esta visión puede suscitar temores de una toma del poder por parte de las máquinas, la principal amenaza en este escenario procede en realidad del poder incontrolado de quienes diseñan y controlan estos sistemas. Un futuro así aumentaría drásticamente la desigualdad. Al privarnos de toda capacidad de acción, también disminuiría y diluiría lo que significa ser humano.
Nos podemos preguntar si la inteligencia artificial general es realmente alcanzable en un futuro próximo. Incluso si lo fuera, es poco probable que traiga consigo los aumentos de productividad prometidos. Un escenario más probable es, de hecho, que los sistemas de IA inferiores sustituyan a los trabajadores en tareas en las que aportan experiencia y perspicacia —socavando el valor económico en lugar de crearlo—.
El segundo camino es lo que mis colegas y yo llamamos IA «pro-trabajadores» 2 o «pro-humano». Esta visión considera la IA como una herramienta para capacitar a los individuos y hacer que los trabajadores sean más productivos proporcionándoles información contextual y fiable que complemente sus conocimientos. La prioridad es dar a los individuos el control sobre sus propios datos 3 y permitirles realizar una gama más amplia de tareas con mayor confianza y autonomía.
A diferencia de la primera, esta segunda visión no es una quimera.
La IA ya puede crear sistemas que ayuden realmente a trabajadores y ciudadanos. Pero este potencial estará infraexplotado si se basa en una arquitectura diseñada para imitar y superar a los humanos en lugar de apoyarlos. En lugar de crear herramientas para mejorar la toma de decisiones, muchas empresas parecen preocupadas por desarrollar modelos que produzcan pastiches completamente huecos —u otras imitaciones superficiales y sin vida—. Para preservar lo que nos hace humanos —y dejar la creación en el lugar que le corresponde—, la IA debe liberarse de los grilletes de la mera imitación. Debe proporcionar consejos claros e interpretables a los responsables humanos, para ayudarles a tomar decisiones más informadas.
La IA actual ya puede crear sistemas que ayuden realmente a los trabajadores y a los ciudadanos.
Hasta ahora, la trayectoria seguida por la industria de alta tecnología refleja decisiones deliberadas, arraigadas en motivos tanto económicos como ideológicos.
Desde el punto de vista ideológico, la industria está motivada por sueños de inteligencia artificial general y superinteligencia —y de poder remodelar la propia sociedad gracias a nuevas tecnologías hegemónicas—.
Desde el punto de vista económico, las Big Tech han prosperado con modelos que generan beneficios masivos mediante la automatización de tareas 4, la reducción de los costes de la mano de obra 5 y el monopolio de la publicidad digital, con escaso interés por capacitar a los trabajadores o fortalecer las democracias. Nuevos modelos empresariales más beneficiosos para la sociedad podrían sustituir este paradigma si se diera una oportunidad real a las nuevas empresas.
Por desgracia, las condiciones actuales del mercado facilitan el dominio de las empresas ya establecidas, porque disponen de todo el efectivo —para comprar o enterrar competidores—, todos los datos, bases de clientes colosales y la complicidad de unos legisladores que parecen haber renunciado a la política de competencia.
Si el mundo tenía la ilusión de que el poder de las grandes empresas tecnológicas se vería atemperado por la regulación del Gobierno estadounidense, las imágenes de los oligarcas tecnocesaristas en la toma de posesión de Donald Trump han echado por tierra esa idea.
Protegidas y apoyadas por la nueva administración estadounidense, las empresas de la Big Tech tienen una orientación clara en su implacable búsqueda de la IA: planean utilizar la tecnología como una herramienta para establecer su dominio y remodelar los mercados globales para servir a sus propios intereses.
La IA debe ir más allá de la imitación. Debe proporcionar consejos claros e interpretables a los responsables humanos de la toma de decisiones, para ayudarles a tomar decisiones más informadas.
Pero no se trata de rendirse. La historia no está escrita.
En un momento en que las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea son cada vez más tensas, la Cumbre de París ofrece a los europeos la oportunidad de recuperar el control de su futuro, empezando por la IA.
Europa no puede convertirse en un consumidor pasivo de estos sistemas, diseñados sin tener en cuenta la soberanía económica, la capacidad de innovación o los valores democráticos. La reciente aparición del LLM de DeepSeek demuestra que la innovación aún puede imponerse al tamaño —si creamos las condiciones para ello—.
Atacando directamente al poder y la influencia de los gigantes tecnológicos—por ejemplo, mediante la aplicación de la legislación sobre competencia de manera sistemática y estratégica— y adoptando una visión de la IA centrada en lo que nos hace humanos, los gobiernos europeos aún pueden crear una alternativa: un entorno verdaderamente competitivo.
Sólo entonces podrá la tecnología seguir contribuyendo a la prosperidad de los trabajadores y de los ciudadanos, en lugar de convertirse en una herramienta de dominación que permita a una minúscula élite avasallar al resto de la humanidad.
Daron Acemoğlu, « The Simple Macroeconomics of AI« , MIT, 5 de abril de 2024.
Daron Acemoğlu, David Autor, Simon Johnson, « Can we Have Pro-Worker AI ? Choosing a path of machines in service of minds« , Policy Memo, Shaping the Future of Work, MIT septiembre de 2023.
Katharine Miller, « Privacy in an AI Era : Comment protégeons-nous nos informations personnelles ?«, Universidad de Stanford, 18 de marzo de 2024.
Richie Koch, « Big Tech has already made enough money in 2024 to pay all its 2023 fines« , Proton, 8 de enero de 2024.
Camilla Hodgson, « Tech companies axe 34,000 jobs since start of year in pivot to AI« , The Financial Times, 11 de febrero de 2024.
La cumbre de París sobre la Inteligencia Artificial solo es una representación de la batalla encubierta por el dominio de la tecnología del futuro
La cumbre de inteligencia artificial en París (Francia) tenía, en teoría, un propósito noble: establecer un marco regulatorio ético, inclusivo y seguro para la IA para “reforzar la cooperación internacional y promover la coordinación en la gobernanza internacional”.
Sin embargo, fue la clara representación de una guerra encubierta entre las grandes potencias por el control de la tecnología que definirá el futuro.
Las declaraciones del vicepresidente de USA JD Vance, que eludió la foto grupal del encuentro y no firmó la carta, lo confirmaron. Advirtió que Trump quiere Estados Unidos siga dominado domina la revolución de la inteligencia artificial y alertó a los aliados que se sumen a su enfoque laxo de regulación tecnológica o corren el riesgo de quedar excluidos.
“La administración Trump se asegurará de que los sistemas de inteligencia artificial más potentes se construyan en Estados Unidos, con chips diseñados y fabricados en Estados Unidos”. Estados Unidos quiere asociarse con todos ustedes… pero para crear ese tipo de confianza, necesitamos regímenes regulatorios internacionales que fomenten la creación de tecnología de IA en lugar de estrangularla”.
Incluso Europa mostró su interés por la IA al tiempo que pedía un desarrollo sostenible y garantía de que beneficie a todo el mundo. El presidente Emmanuel Macron dijo que Europa no puede permitirse depender de tecnologías extranjeras. Como respuesta Von der Lyen anunció 200.000 millones de euros en inversión para impulsar la IA en la región.
Una cantidad que, como quiso destacar Macron, es equivalente en términos de escala a los 500.000 millones de dólares del programa ‘Stargate’ que Donald Trump presentó el mes pasado para garantizar que Estados Unidos continuará haciendo la carrera en cabeza.
Los países europeos temen quedar fuera de la carrera disputada por USA y China en la fabricación de chips, los llamados modelos fundamentales y los chatbots de IA, y la energía necesaria para alimentar las supercomputadoras.
Según WSJ, Francia se apoya en la energía nuclear para anunciar nuevas instalaciones de computación de inteligencia artificial que, según dice, podrían poner al país a la par de los planes Stargate de Estados Unidos para construir centros de datos de inteligencia artificial masivos.
China el enemigo de USA:
La reciente llegada de un nuevo modelo de inteligencia artificial a precio reducido de DeepSeek, un laboratorio de investigación chino poco conocido, sorprendió a grupos de Silicon Valley como OpenAI, que pensaban que tenían una ventaja dominante.
En ese sentido Vance argumentó que rechaza la declaración conjunta de la cumbre de París porque USA nunca concretará acuerdos con gobiernos autoritarios (China firmó).
“Asociarse con ellos significa encadenar a su nación a un amo autoritario que busca infiltrarse, atrincherarse y apoderarse de su infraestructura de información”, dijo Vance, refiriéndose a CCTV y 5G como ejemplos anteriores en los que “la tecnología barata… [fue] fuertemente subsidiada y exportada por regímenes autoritarios”.
«También hemos visto cómo adversarios extranjeros hostiles han utilizado software de IA como arma para reescribir la historia, vigilar a los usuarios y censurar el discurso… Quiero ser claro: esta administración bloqueará tales esfuerzos, punto»
Sus ataques fueron un ataque apenas velado contra la influencia tecnológica de Pekín, que ya ha ido acusada de utilizar su industria para ganar control sobre la infraestructura digital de otros países, como ocurrió con la expansión de Huawei también.
Durante el mandato de Joseph Biden, Estados Unidos ha restringido las exportaciones a China de los mejores chips para entrenar a la inteligencia artificial y ha cortado el acceso de China a muchas de las máquinas necesarias para fabricar sustitutos.
Estados Unidos se aferra a su dominio, Europa lucha por no quedar fuera del jugo y China sigue desafiando las reglas en la sombra. La IA es el nuevo campa de batalla.
Las nuevas tecnologías están transformando la vida laboral de las personas en todo el mundo, ya sea cambiando sus trabajos o reemplazando funciones.
Adaptarse a este cambio monumental requerirá financiamiento para recapacitar y mejorar las habilidades de estos empleados.
Siete iniciativas muestran cómo las organizaciones del sector público y privado pueden compartir la responsabilidad de crear una fuerza laboral preparada para el futuro.
La tecnología está en camino de transformar 1100 millones de empleos para 2030. Solo en Estados Unidos, 1,37 millones de trabajadores podrían ser desplazados de sus roles en la próxima década debido a la adopción de nuevas tecnologías. Sin embargo, estos trabajadores podrían ser recapacitados para desempeñar nuevos roles que requieran habilidades similares y ofrezcan salarios más altos. La recapacitación tendría un costo promedio de 34 000 millones de dólares, o 24 800 dólares por trabajador desplazado.
Actualmente, hay información limitada y poco confiable sobre la viabilidad económica y el retorno de inversión de las iniciativas de mejora y recapacitación de habilidades. Esta falta de claridad sobre dónde y cuánto invertir plantea un desafío similar para los empleados, quienes tampoco saben cuánto deberían invertir por su cuenta. Lo mismo ocurre con los posibles financiadores de estas iniciativas, como entidades gubernamentales, programas específicos, empresas y sindicatos.
Desde 2024, la iniciativa Reskilling Revolution del Foro Económico Mundial ha logrado compromisos de diversas organizaciones para recapacitar, mejorar habilidades y formar a 680 millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, convertir estos compromisos en acciones concretas requerirá analizar críticamente los costos asociados a la necesidad de aprender durante toda la vida. También será necesario desarrollar modelos más innovadores para distribuir de manera justa la responsabilidad de la formación entre individuos, empleadores y gobiernos.
Los miembros de la Future Skills Alliance del Foro Económico Mundial han identificado cuatro principios clave a considerar al financiar iniciativas de aprendizaje continuo, mejora de habilidades y recapacitación:
Las siguientes siete iniciativas han aplicado estos principios para crear modelos de financiación que promueven el desarrollo de habilidades, la mejora de capacidades y la recapacitación en una variedad de contextos:
1. Siemens SiTecSkills Academy: construyendo la fuerza laboral del futuro hoy
Mediante un modelo de financiación combinado, esta iniciativa ofrece capacitación técnica tanto a la fuerza laboral de Siemens como a la de sus socios externos. Los contenidos se basan, en parte, en el programa de formación profesional de la empresa enfocado en digitalización y sostenibilidad. Aprovechando el cofinanciamiento gubernamental de hasta un 25% a través de la Ley de Oportunidades de Cualificación de Alemania y compartiendo los costos de formación con sus socios, Siemens puede garantizar la empleabilidad a largo plazo y la alineación con las demandas cambiantes de la industria para sus trabajadores.
2. Skillsoft y Syracuse University: financiación colaborativa de habilidades para la vida post-servicio de los veteranos estadounidenses y sus familias
El Instituto D’Aniello para Veteranos y Familias Militares de la Universidad de Syracuse, en colaboración con Skillsoft, lleva a cabo el programa Onward to Opportunity. Esta iniciativa de recapacitación ofrece a los militares en servicio y a sus cónyuges certificaciones tecnológicas demandadas en áreas como computación en la nube, ciberseguridad, redes y gestión de proyectos. El programa se financia mediante una combinación innovadora de patrocinios corporativos, subvenciones federales y donaciones privadas. Este modelo no solo asegura una base de financiamiento sostenible, sino que también se alinea con las asociaciones orientadas a la misión de la universidad.
3. General Assembly de The Adecco Group y Tamkeen: una asociación para preparar el talento tecnológico del futuro en Bahréin
Este programa utiliza un modelo de financiación gubernamental 100% basado en resultados para ofrecer bootcamps tecnológicos totalmente accesibles a ciudadanos de Bahréin. Está liderado por General Assembly, proveedor de formación en tecnología e inteligencia artificial del grupo Adecco, y Tamkeen, una agencia gubernamental que apoya la formación en el sector privado. El programa alinea la capacitación con las necesidades de la industria para abordar brechas de habilidades y avanzar en los objetivos de la Visión Económica 2030 de Bahréin. Este enfoque, impulsado por la colaboración público-privada, se centra especialmente en la formación en tecnologías emergentes y habilidades digitales.
4. Social Finance US y American Diesel Training Centers (ADTC): empoderando la movilidad económica
ADTC y la organización sin fines de lucro Social Finance se han asociado para abordar la escasez de técnicos de diésel en Estados Unidos. Este programa ofrece una ruta de formación condensada y asequible para comunidades desatendidas. Financiado con casi 9 millones de dólares del Fondo UP de Social Finance, esta iniciativa también utiliza un modelo de reembolso con tarifa plana, en el cual los empleadores cubren los costos de formación para muchos graduados. Esto convierte al programa en una vía sostenible y accesible para la movilidad económica de la fuerza laboral.
5. Aramco: mejorando la formación profesional mediante asociaciones estratégicas público-privadas
Saudi Aramco ha utilizado su experiencia en formación profesional para establecer Centros Nacionales de Capacitación en colaboración con el gobierno, con el fin de abordar ciertos requerimientos de habilidades en campos técnicos y vocacionales a través de un esquema de formación dirigido por el empleo. Estos centros alinean la educación con la demanda de la industria en sectores como la energía y la manufactura, promoviendo el desarrollo a largo plazo de la fuerza laboral. Esta iniciativa se basa en un esquema único de contribución, en el que Saudi Aramco proporciona financiamiento inicial y experiencia técnica, mientras que el gobierno se encarga de las instalaciones de formación, aprobaciones y subsidios para las empresas patrocinadoras.
6. Majid Al Futtaim Group: preparando el talento emiratí para los trabajos emergentes
Este programa de Majid Al Futtaim aborda la alineación de habilidades para el talento emiratí en sectores de alta demanda, ofreciendo talleres de «habilidades clave» para el desarrollo profesional. Esto incluye capacitación en el puesto de trabajo y formación en empleabilidad para mejorar y recapacitar al talento local. La formación cubre áreas como comunicación, resiliencia, pensamiento crítico, adaptabilidad y disposición al cambio. El modelo de financiación público-privada del programa contempla que el 70% de los costos sean financiados por el gobierno a través del Abu Dhabi Global Market, mientras que el 30% restante es cubierto por los empleadores.
7, Amazon Web Services (AWS) España y su alianza tecnológica: cerrando la brecha global de habilidades tecnológicas
La AWS Skills to Jobs Tech Alliance es una coalición global que busca abordar la brecha de habilidades tecnológicas mediante la colaboración con empleadores, agencias gubernamentales, organizaciones de desarrollo de la fuerza laboral y líderes educativos. La iniciativa opera en 11 países y adopta un modelo de financiación colaborativa con co-inversión de AWS, empleadores y gobiernos. AWS proporciona, sin costo para los estudiantes, acceso a materiales de aprendizaje, créditos en la nube para actividades de aprendizaje práctico utilizando recursos técnicos de AWS y apoyo para la habilitación de educadores. Los gobiernos regionales contribuyen asignando presupuesto para el desarrollo profesional de los educadores en habilidades digitales.
Estas inversiones en el aprendizaje de adultos tienen como objetivo abordar las carencias de habilidades actuales y construir futuros flujos de talento, creando caminos específicos hacia el empleo a través de la formación, la mejora de habilidades, el aprendizaje en el puesto de trabajo y la recapacitación para transiciones laborales. Cada programa se lleva a cabo en un contexto específico y enfrenta desafíos individuales, lo que sugiere la importancia de alinear la financiación.
Para monitorear el éxito, estas iniciativas miden cuatro niveles diferentes de impacto:
Nivel 1: Adopción y compromiso
Nivel 2: Adquisición de habilidades
Nivel 3: Aplicabilidad de las habilidades para los trabajos
Nivel 4: Impacto económico y de negocio
Cuatro formas de medir el retorno de las iniciativas de formación.
Todas las organizaciones involucradas miden el impacto en la adopción y el compromiso (nivel uno), mientras que una proporción más pequeña mide los niveles dos y tres.
El siguiente paso para estas iniciativas (nivel cuatro) será un cambio de enfoque, pasando de seguir el número de personas que alcanzan a lograr resultados reales y medibles en términos de impacto empresarial y económico, incluyendo la accesibilidad al empleo, tasas de colocación, movilidad económica, y mejora de la productividad y competitividad. Sin duda, se necesita un seguimiento longitudinal más detallado de los datos y los resultados sobre cómo las iniciativas de mejora de habilidades y recapacitación están contribuyendo a la productividad empresarial y al crecimiento económico.
A medida que la fuerza laboral global enfrenta el desafío monumental de adaptarse a las nuevas tecnologías, estas iniciativas ya están demostrando cómo podemos comenzar a distribuir la responsabilidad de financiar la formación, la mejora de habilidades y la recapacitación de manera más equitativa entre los proveedores de educación, los empleadores, los individuos y los gobiernos.
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Aarushi Singhania
Initiatives Lead, People Centric Pillar, Advanced Manufacturing, World Economic Forum
Neil Allison
Head of Education, Skills and Learning Mission, World Economic ForumEste artículo es parte de: World Economic Forum Annual Meeting