El tecno-fascismo pretende acabar con la democracia y los gobiernos. Y puede que lo consiga. Una visión extremadamente grave

El tecno-fascismo pretende acabar con la democracia y los gobiernos. Y puede que lo consiga. Una visión extremadamente grave

Colaboración de Manuela Battaglini Manrique de Lara

Un grupo de billonarios de Silicon Valley pretende acabar con la democracia, no sólo estadounidense, sino en el mundo entero. Es decir, su plan es instaurar una dictadura tecnocrática, y su máximo representante es JD Vance, es decir, el vicepresidente de los US. Esta colaboración que estamos presentando es extremadamente critica con las grandes empresas tecnológicas. Es de esperar, porque en la medida en que se concentran y la luz que ha colocado sobre ellas la segunda Administración Trump y comienzan a aparecer grupos organizados y protestas en las redes sociales – aun no nos dominan totalmente -la necesidad que el Laboratorio tiene de examinar las tendencias y los hechos, hace que profundicemos en ello y que además demos a conocer a eventuales “desconocidos” pero que son personas de bajo perfil, pero de gran poder en estos campos, como es el caso de Peter Thiel, que ha sido denominado “la mano izquierda de Trump” en estos temas y que cultiva un perfil muchísimo mas bajo que el de Elon Musk, pero cuya influencia no es menos poderosa que la de este en la Administración norteamericana.

Vamos a empezar por partes, ¿quiénes son estos billonarios? La mayoría viene de un grupo de Silicon Valley denominado La mafia de PayPal (véase una ampliación sobre esto al final de la nota). Entre los cofundadoras de PayPal está Elon Musk, que ya sabemos la que está armando, y Peter Thiel, que además es cofundador de Palantir (véase la aclaración al final de esta nota sobre Palantir), la mayor empresa de vigilancia del mundo (véase una explicación mucho más amplia de que es Palantir al final de esta nota).

Sudáfrica tiene mucho que ver aquí. Para ponernos en contexto:

Elon Musk vivió en la Sudáfrica del apartheid hasta los 17 años.

David Sacks, empresario, autor, político e inversor que ha sido presidente del Consejo Presidencial de Asesores en Ciencia y Tecnología desde 2025, que se convirtió en recaudador de fondos para Donald Trump, se fue a los cinco años y creció en una familia de la diáspora sudafricana en Tennessee.

Peter Thiel pasó años de su infancia en Sudáfrica y Namibia, donde su padre estuvo involucrado en la minería de uranio como parte de la campaña clandestina del régimen del apartheid para adquirir armas nucleares.

Y Paul Furber, un oscuro desarrollador de software y periodista tecnológico sudafricano que vive cerca de Johannesburgo ha sido identificado por dos equipos de lingüistas forenses como el creador de la conspiración QAnon, que ayudó a dar forma al movimiento Maga de Trump.

En resumen, cuatro de las voces más influyentes de Maga son hombres blancos de cincuenta y tantos años con experiencias formativas en la Sudáfrica del apartheid.

¿Qué tienen en común?

Un punto en común entre muchos sudafricanos blancos que experimentaron el fin del apartheid y la derecha estadounidense actual: un desprecio por el gobierno. El régimen del apartheid y luego el Congreso Nacional Africano dejaron a millones de sudafricanos sin electricidad, dignidad, seguridad o educación decente. Esa experiencia puede alentar el libertarismo antigubernamental.

Volvamos a este grupo de Silicon Valley. En qué consiste su plan:

En un comienzo, crear California Forever es una ciudad que quieren construir este grupo de billonarios a unos 80 kms de San Francisco.

Desprecian la democracia. Estos multimillonarios tecnológicos amantes de Trump creen que la democracia es mala. Quieren crear sus propias dictaduras corporativas llamadas Estados Red. Están tratando activamente de construir estas pequeñas y extrañas ciudades dictatoriales en todo el mundo, incluida California.

Complementariamente, quieren controlar los gobiernos existentes. En San Francisco, un grupo de estos multimillonarios tecnológicos está tratando de ganar el control del Ayuntamiento. Peter Thiel es uno de los ideólogos de este plan y tiene como compañero de andanzas a J.D. Vance, vicepresidente de los Estados Unidos.

Vamos a quedarnos en San Francisco para hablar de otro personaje de este grupo: Garry Tan.

Garry Tan es el CEO de Y Combinator, una famosa empresa de capital riesgo de San Francisco que actualmente encabeza una campaña financiada por la tecnología para hacerse con el gobierno del ayuntamiento de San Francisco.

Sus ataques en TW hacia los políticos demócratas de San Francisco son recurrentes, y llegó a donar 100.000 dólares a la campaña de destitución contra el Fiscal del Distrito Chesa Boudin, que fue destituido en 2022, y así fue cómo Garry Tan fue nombrado CEO de Y Combinator. Sam Altman, CEO de Open AI, elogió a Garry Tan por su activismo político.

Garry Tan se vino arriba y en un video en YouTube prometía que iba a “eliminar” a todos los supervisores que se oponían a los robo-taxis en San Francisco, enumerándolos uno a uno.

Garry Tan forma parte de los billonarios de Silicon Valley que quieren construir ciudades gobernadas de forma privada como parte del movimiento del “estado red”. En San Francisco, está trabajando en una estrategia adyacente. Pero los planes de Garry Tan son capturar el gobierno de San Francisco en las elecciones de noviembre y mantenerlo como rehén de sus demandas.

En tercer lugar, quieren castigar a los demócratas de formas extrañas. Uno de sus principales influenciadores, Balaji Srinivasan, ha sugerido que los colegas tecnológicos deberían formar una «tribu gris», purgar a los demócratas de San Francisco y construir estatuas para recordarle a la gente lo malos que son los demócratas.

Balaji Srinivasan es otro miembro de este grupo. Es un emprendedor en serie y ex director de tecnología de Coinbase, publicó su influyente libro titulado «El Estado red: cómo iniciar un nuevo país«, que presenta una idea revolucionaria en el ámbito de la gobernanza, definiendo el Estado red como «una comunidad online altamente alineada con capacidad de acción colectiva que financia territorios en todo el mundo y que obtiene el reconocimiento diplomático de los estados preexistentes«.

Estas iniciativas no se limitan a teorizar, sino que trabajan activamente para hacer realidad esas comunidades soberanas que priorizan lo digital. Algunas de las principales iniciativas de estados en red son:

  • Praxis: «una comunidad global que desarrolla una cultura, instituciones e infraestructura compartidas. Praxis es un hogar para los valientes, que luchan por la virtud y la sabiduría. Nuestro propósito es restaurar la civilización occidental y perseguir nuestro destino final de vida entre las estrellas«.

Praxis busca construir una nueva ciudad en la costa mediterránea, gobernada y construida por la comunidad. El equipo ya ha ganado una tracción significativa con más de 80.000 miembros de la comunidad, una financiación significativa de entidades como Winklevoss Capital, Benchmark Ventures, Paradigm y otras, y ha contratado a un equipo líder que incluye a un ex primer ministro del G7 para apoyar las negociaciones y la planificación de la ciudad.

El objetivo es que los primeros ciudadanos se muden a la nueva ciudad de Praxis en esta década.

Desde plataformas de gobernanza basadas en blockchain hasta zonas económicas especiales, cada proyecto contribuye a la evolución de la narrativa de comunidades descentralizadas, digitales y con un nexo físico.

¿Lo conseguirán? Se encuentran en diferentes etapas de desarrollo y aún enfrentan desafíos únicos, pero hay un creciente interés en redefinir la gobernanza en la era digital.

  • J.D Vance es uno de ellos. Fue incluido literalmente en la lista de candidatos de Trump por el mismo grupo de personas –Peter Thiel, David Sacks, Elon Musk, Marc Andreessen– que están detrás de todas las rarezas que el periodista Gil Durán ha estado escribiendo en The New Republic.

Peter Thiel fue el benefactor de JD Vance, pero ambos están inspirados por un oscuro desarrollador de software que tiene algunas ideas verdaderamente aterradoras sobre la reorganización de la sociedad.

Esa persona es Curtis Yarvin, un desarrollador de software de San Francisco. Escribió bajo un seudónimo, proponiendo una solución horrible para las personas que él consideraba “no productivas”: “convertirlas en biodiesel, que puede ayudar a alimentar los autobuses de Muni”.

Y agregó: “El problema con la solución del biodiesel es que nadie querría vivir en una ciudad cuyo transporte público fuera alimentado, aunque sea en parte, por los restos destilados de su clase baja tardía. Sin embargo, ayuda a nuestro objetivo, que es una alternativa humana al genocidio”.

Después dijo que la mejor alternativa humana al genocidio es encarcelarlas en “confinamiento solitario permanente” donde, para evitar que se vuelvan locas, se las conectaría a una “interfaz de realidad virtual inmersiva” para que pudieran “experimentar una vida rica y plena en un mundo completamente imaginario”.

Los manifiestos de Yarvin han ganado seguidores influyentes como Peter Thiel y su protegido de Silicon Valley, el vicepresidente J.D. Vance.

¿Cuál es el plan de esta gente? Implementar el tecno autoritarismo a través de Vance a la Casa Blanca, y después a Europa. Y es exactamente lo que está ocurriendo.

Los multimillonarios tecnológicos que están detrás de Trump ya tienen dinero. Ahora quieren poder: crear sus propios países, cambiar lo que significa ser humano, controlar el destino del mundo. Su interés es principalmente ideológico, no económico.

Las criptomonedas también juegan un papel ENORME en esta rareza. Así como crearon nuevas monedas para desafiar a las monedas existentes, quieren crear nuevos países para desafiar a los países existentes. Todo es cuestión de poder y control.

Esto demuestra que no tenemos un problema tecnológico, tenemos un problema de narrativas o de tecnología sociales. El viejo orden ha muerto, la gente está muy enfadada con los partidos políticos que pertenecen al viejo orden, y los nuevos no han sabido darse cuenta de qué está ocurriendo en las oscuras profundidades.

¿De verdad me dices que mientras pasa esto en Europa estamos con que si Apple cuando manda un mensaje a un Android hay falta de privacidad? ¿Por qué Europa huele a naftalina y quiere seguir oliendo a naftalina?

Trump ha vendido su alma al diablo. Ha vendido su alma a estos billonarios sociópatas y sicópatas, y su plan puede salirles bien por el hartazgo que hay hacía en statu quo. Los partidos racistas y antinmigración irán cogiendo terreno. Expulsan a inmigrantes ante las cámaras, y al mismo tiempo dejan entrar a inmigrantes para que nadie se dé cuenta de que realmente ellos no son el problema. Y así, con la otra mano, hacen y deshacen estas locuras.

¿Cuánto tiempo estuvimos advirtiendo de que había que parar a los monopolios tecnológicos? ¿Cuánto? AÑOS. Pero las personas que hacen buenas predicciones son expulsadas de la conversación política. Los economistas famosos y prestigiosos están pagados para que no hablen de la desigualdad económica, en la universidad no se habla de la desigualdad económica, en la TV no se habla de la desigualdad económica que, junto a la concentración de poder en manos de un puñado de billonarios tecnológicos con ideas fascistas y de exterminio son el problema.

Repito: desigualdad económica y concentración de poder.

Conclusión: no tenemos un problema tecnologías físicas, tenemos un problema de tecnologías sociales, de narrativa. No hay líderes positivos, sólo mediocres.

Necesitamos líderes que diseñen narrativas que unan a los países, como cuando J.F. Kennedy pronunció esas palabras que aún emocionan:

Creo que esta nación debería comprometerse a lograr el objetivo, antes de que termine esta década, de llevar a un hombre a la Luna y regresar sano y salvo a la Tierra. En un sentido muy real, no será un solo hombre el que vaya a la Luna; si hacemos esta afirmación, será una nación entera. Porque todos debemos trabajar para ponerlo allí”.

Es uno de los sentimientos más fuertes que puede sentir un ser humano. Pertenezco a este país, me confiere identidad, me siento orgullosa y me distingue de los otros. Pura tecnología social.

Ampliación I – La Mafia de PayPal:

La «Mafia de PayPal»: Los Revolucionarios Silenciosos de Silicon Valley:

En los albores del siglo XXI, mientras el mundo se tambaleaba entre el colapso de las puntocom y el surgimiento de una nueva era digital, un grupo de inconformistas escribía en secreto el guion del futuro. La llamada «Mafia de PayPal» – que no es una organización criminal, sino una red de excolaboradores de PayPal —la empresa que revolucionó los pagos en línea— cuyas ambiciones y talentos redefinieron industrias enteras, desde los viajes espaciales hasta las redes sociales. Su legado no son solo empresas billonarias, sino un modelo de cómo la audacia, la lealtad y una visión compartida pueden alterar el curso de la tecnología.

Los Orígenes: Un Crisol de Herejes:

Todo comenzó en 1998, cuando Peter Thiel y Max Levchin fundaron Confinity, una startup centrada en pagos seguros para dispositivos Palm Pilot. Paralelamente, Elon Musk lanzaba X.com, un banco en línea. Tras una feroz competencia, ambas empresas se fusionaron en 2000 bajo el nombre de PayPal, creando un sistema que permitía transferir dinero con un correo electrónico. En ese caldero de ideas chocaron personalidades brillantes y contradictorias: Reid Hoffman (futuro fundador de LinkedIn), David Sacks (creador de Yammer), Chad Hurley y Steve Chen (cofundadores de YouTube), y Keith Rabois (líder en Square y Opendoor).

PayPal no solo sobrevivió al estallido de la burbuja puntocom, sino que fue adquirida por eBay en 2002 por USD 1,500 millones. Sin embargo, su verdadero impacto se reveló después: sus empleados, armados con capital, experiencia y una red inquebrantable, se dispersaron para fundar o invertir en empresas que hoy dominan el paisaje tecnológico.

La Filosofía: Apostar a lo Imposible:

La «mafia» compartía un credo: desafiar lo establecido. Thiel lo resumió en su famosa frase: «Queríamos coches voladores, en su lugar obtuvimos 140 caracteres». Su enfoque combinaba pragmatismo técnico con una ambición casi mesiánica:

  • Inversión audaz: Thiel fue el primer inversionista externo de Facebook (2004), apostando USD 500,000 por el 10% de una red social universitaria.
  • Disrupción radical: Musk canalizó su fortuna de PayPal en SpaceX y Tesla, desafiando a la industria aeroespacial y automotriz.
  • Redes de confianza: Los ex paypalianos priorizaron colaborar entre sí. Rabois invirtió en Yelp, Sacks en Yammer, Hoffman en casi todo.

Su estilo de gestión, forjado en el caos de PayPal, era intenso y meritocrático. «Pagaba más por debates que por consensos», admitió alguna vez Thiel. Esta cultura de discusiones brutales y ejecución rápida se convirtió en su sello.

Controversias: El Lado Oscuro de la Disrupción:

La «mafia» no escapó a la polémica. Thiel, un libertario que financió la demanda que hundió a Gawker, y Musk, cuyos tweets han movido mercados, encarnan el arquetipo del tecno-oligarca: geniales, pero desconectados de las consecuencias sociales de su poder.

  • Centralización vs. democracia: mientras PayPal prometía empoderar a individuos, empresas como Facebook (respaldada por Thiel) han sido acusadas de erosionar la privacidad y la democracia.
  • Ética laboral: la obsesión de Musk con metas imposibles en Tesla y SpaceX ha generado críticas por condiciones laborales extremas.
  • Influencia política: Hoffman, aunque demócrata, ha sido cuestionado por usar su fortuna para financiar campañas tecnocráticas.

El Legado: Más Allá del Dinero:

Hoy, la influencia de la «mafia» es omnipresente:

  • Capitalismo de riesgo: empresas como Founders Fund (Thiel) o Valar Ventures (Hoffman) financian startups que desafían industrias.
  • Cultura empresa emergente: su modelo de «equipos pequeños, grandes impactos» inspiró a generaciones de emprendedores.
  • Filosofía tecno utópica: su fe en que la tecnología puede resolver cualquier problema —desde el cambio climático (Musk) hasta la mortalidad (Thiel invierte en startups antienvejecimiento)— define el ethos de Silicon Valley.

El Futuro: ¿Una Nueva Generación?:

Aunque algunos miembros, como Musk o Thiel, siguen en la cima, otros han girado hacia roles más discretos. Su red, sin embargo, persiste: David O. Sacks lidera ahora el movimiento contrarian en venture capital, mientras Luke Nosek, cofundador de Founders Fund, explora energías limpias. La pregunta es si su modelo —una mezcla de genio, arrogancia y lealtad tribal— puede replicarse en un mundo donde la tecnología ya no es vista como una fuerza incuestionable de progreso.

Reflexión Final: ¿Héroes o Mercenarios?:

La «Mafia de PayPal» encarna la paradoja central de la era tecnológica: son pioneros que democratizaron el acceso a servicios, pero también arquitectos de monopolios digitales. Su historia no es un relato de buenos y malos, sino de cómo la ambición humana, cuando se escala con algoritmos y capital, puede construir utopías y distopías al mismo tiempo. En un mundo cada vez más moldeado por sus creaciones, su legado nos obliga a preguntar: ¿Queremos vivir en el futuro que ellos imaginaron?

Ampliación II – Palantir.

Palantir: El Ojo Analítico en el Mundo de los Datos

En un universo inundado de información, donde cada clic, transacción o sensor genera un rastro digital, Palantir emerge como el arquitecto de un sistema nervioso global. Fundada en 2003 por Peter Thiel —cofundador de PayPal— junto a Alex Karp, Joe Lonsdale y otros, esta empresa de software no es simplemente una herramienta tecnológica, sino una llave maestra para descifrar patrones ocultos en el caos de los datos. Su nombre, inspirado en las palantíri de El Señor de los Anillos —esferas místicas que permitían ver a través del espacio y el tiempo—, refleja su ambición: convertir datos dispersos en clarividencia estratégica.

Los Cimientos: De la Seguridad Nacional a la Revolución Empresarial:

Palantir nació en un contexto post-11 de septiembre, cuando agencias de inteligencia estadounidenses enfrentaban una paradoja: tenían millones de puntos de datos, pero carecían de la capacidad para conectarlos. Su primera plataforma, Gotham, fue diseñada para resolver este problema. A diferencia de las bases de datos tradicionales, Gotham integraba información de fuentes dispares —desde registros financieros hasta comunicaciones encriptadas— y la visualizaba en mapas interactivos donde analistas humanos podían detectar amenazas terroristas o redes criminales. Fue instrumental en operaciones como la caza de Osama bin Laden y el combate al fraude financiero.

Con los años, Palantir expandió su alcance más allá del ámbito gubernamental. Su segunda plataforma estrella, Foundry, se dirige a empresas privadas, permitiendo a gigantes como Airbus, Merck o BP integrar datos de fábricas, cadenas de suministro y mercados en tiempo real. Imagine una aerolínea que predice fallas mecánicas antes de que ocurran, o un hospital que cruza historiales médicos con ensayos clínicos para personalizar tratamientos: esa es la promesa de Foundry.

La Filosofía Tecnológica: Humanos y Máquinas en Simbiosis:

Lo que distingue a Palantir no es solo su poderío analítico, sino su enfoque híbrido. A diferencia de sistemas de IA puramente automatizados, sus plataformas están diseñadas para potenciar la intuición humana. Un analista puede, por ejemplo, trazar conexiones entre nodos de datos que un algoritmo pasaría por alto, mientras la IA sugiere hipótesis alternativas basadas en modelos predictivos. Este matrimonio entre cerebro humano y máquina ha convertido a Palantir en un aliado indispensable en misiones críticas, desde rastrear pandemias hasta optimizar operaciones logísticas en guerras modernas.

Controversias y Dilemas Éticos:

Con gran poder viene gran escrutinio. Palantir ha sido tanto elogiada como cuestionada. Sus contratos con agencias como ICE (Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU.) han levantado críticas por su papel en deportaciones masivas. Organizaciones de derechos humanos advierten que su tecnología podría convertirse en un instrumento de vigilancia masiva, erosionando la privacidad. La empresa, por su parte, insiste en que sus herramientas son neutrales: «Somos un espejo —afirma Karp, su CEO—. El cómo se usen depende de quienes miran en él».

El Futuro: De la Guerra Fría Digital a la Innovación Civil:

Hoy, Palantir navega aguas ambiciosas. Tras su salida a bolsa en 2020, busca diversificarse hacia sectores como la salud —colaborando con la OMS para modelar brotes de enfermedades— o la energía verde, ayudando a empresas a reducir emisiones mediante análisis de datos. Su apuesta por la Inteligencia Artificial explicable —sistemas cuyas decisiones pueden ser auditadas y comprendidas— intenta responder a demandas de transparencia.

En un mundo donde los datos son el nuevo petróleo, Palantir no es solo una empresa: es un síntoma de una era que exige traducir información en acción. Su historia, tejida entre el idealismo tecnológico y la sombra del poder, nos recuerda que, en la batalla por dominar el futuro, la pregunta no es qué pueden ver estas herramientas, sino qué decidimos hacer con lo que revelan.


Manuela Battaglini Manrique de Lara (Arrecife, Lanzarote, 1974) es una abogada española‑italiana especializada en ética digital, protección de datos y gobernanza de la inteligencia artificial. Se licenció en Derecho por la Universidad de La Laguna (1999) y, tras trabajar varios años en derecho urbanístico, fiscal y marketing digital, orientó su carrera hacia la intersección entre Derecho y tecnología. Actualmente cursa un doctorado en Inteligencia Artificial en la Universidad Politécnica de Cataluña, centrada en el impacto social y democrático de los algoritmos.

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