¿Qué va a pasar en la batalla entre Google y Estados Unidos? Los mejores y peores escenarios para el gigante tecnológico
El Departamento de Justicia de EE. UU. sopesa varios escenarios para afrontar el caso de Google en su prolongado conflicto antimonopolio. Es de recordar que en los Estados Unidos la practica antimonopolio es común, por lo que no debe sorprender que, a ciertos gigantes del ámbito comercial, se les presenten demandas, ya sea por perjudicados o por grupos de interés que “vigilan” para que las concentraciones de la oferta dentro de la economía no produzcan transferencias de una demanda atomizada que no son justas dentro del marco económico. En los últimos anos, hay una fuerte tendencia a cargar contra las tecnológicas mayores, en particular por la concentración y dominio de los datos y por ciertas prácticas monopólicas de, por ejemplo, “buscadores” como es el caso de Google. En el caso de Google, algunas de las demandas de protección sugieren que se recurra a una antigua practica devenida de la conocida como Ley Sherman, que consiste en obligar a ciertas empresas muy grandes a fragmentarse y que sus partes se comporten en condición de competencia.
Un analista adelanta que podrían pasar entre tres y cuatro años antes de que el juicio alcance un veredicto.
Los expertos dicen que una escisión estructural es poco probable, pero existe cierto riesgo con relación a la IA de Google.
Durante años, Wall Street e incluso muchos de los trabajadores de Google han ignorado en gran medida la denuncia presentada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés) contra el negocio de búsquedas de la tecnológica. Siempre ha parecido un asunto muy lejano —y quizá poco susceptible de perjudicar a Google— como para darle importancia.
Esta semana, se ha vuelto un poco más real y los analistas más cercanos a Google están evaluando lo que podría suceder a continuación en medio de la creciente competencia que está apareciendo en la guerra de la inteligencia artificial.
Recientemente, el Departamento de Justicia presentó una lista de posibilidades que estaba considerando a la hora de afrontar la situación. El próximo 20 de noviembre, el Departamento de Justicia estadounidense le dará al juez encargado del caso una versión más detallada de lo que quiere que haga Google, lo que dará una mejor idea de lo que realmente está en juego para la firma de Mountain View.
Todo ello tras una sentencia dictada en agosto en la que se declaraba que Google había mantenido un monopolio ilegal en los mercados de búsquedas y publicidad.
Estados Unidos sopesa dividir Google para frenar su monopolio:
Las medidas propuestas por el DOJ esta semana tienen un alcance muy amplio. «Un kilómetro de ancho y un centímetro de profundidad», aseguraban los expertos de Bernstein en una nota para inversores. En dicha nota, los analistas incluyen la posibilidad de que se rescindan los contratos de Google con Apple y otros socios para mantener su motor de búsqueda por defecto. También se incluye la posibilidad de compartir algunos de los datos de búsqueda de Google con sus rivales.
Aunque el Departamento de Justicia de Estados Unidos no ha hecho referencia explícitamente una escisión de los distintos negocios de Google, sí que se ha referido a medidas «estructurales» para Chrome, Android y Play, tres productos que el Gobierno estadounidense afirma que Google ha utilizado para «sacar ventaja» de su motor de búsqueda.
Google, que ha calificado de «radicales» las propuestas del DOJ, ha anunciado que planea apelar la decisión, lo que podría suspender cualquier medida que decida el juez Amit Mehta. Dan Morgan, gestor sénior de carteras de Synovus, explica a Business Insider que cree que podrían pasar hasta tres o cuatro años antes de que Google se vea obligada a hacer algo.
El Departamento de Justicia intenta igualar la competencia en las búsquedas:
Los expertos consideran ahora que bloquear los acuerdos de búsqueda por defecto de Google sería lo mínimo y probablemente no sea suficiente para igualar las condiciones en el sentido que demanda el DOJ.
Lo mismo ocurre con la implementación de una «pantalla de elección» que permita a los usuarios elegir el buscador que prefieren la primera vez que encienden su dispositivo. Google introdujo esa función para los usuarios de Android en la Unión Europea tras un fallo antimonopolio de los reguladores en el año 2018, pero ha resultado ser poco efectiva para reducir la cuota de mercado de las búsquedas de Google en Europa.
¿Adiós a Chrome y Android? EEUU estudia desmembrar a Google:
El Departamento de Justicia también está considerando la apertura del índice de búsquedas de Google, obligando así a la tecnológica a compartir datos, incluidos los detalles de cómo Google clasifica la calidad de las páginas web. Los analistas expertos en Google ven este escenario cada vez más probable. El DOJ ha señalado que esto podría incluir los modelos utilizados para las funciones de búsqueda por IA de Google.
También se podría solicitar a Google que compartiese con los anunciantes datos sobre la subasta de anuncios de texto de búsqueda o la monetización publicitaria, además de no descartarse tampoco acciones contra los productos publicitarios de Google, como Performance Max.
La escisión es «poco probable»:
El resultado más dramático sería la escisión de Google. Los analistas con los que ha hablado lo consideran poco probable, aunque no imposible, una desinversión total de Chrome, Android o Play.
«El escenario catastrófico de una ruptura total, como AT&T en la década de 1980, no parece probable», explica Morgan a Business Insider.
Una escisión estructural sería «un resultado poco probable» y cualquier medida se centrará muy probablemente en la distribución de búsquedas, expresa Dan Ives, director gerente y analista senior de Wedbush, en una nota para inversores que también ha sido publicada.
El riesgo de la inteligencia artificial para Google:
Como ha dejado claro el Departamento de Justicia de EE. UU., no solo quiere castigar a Google por sus pecados anteriores, sino impedir que utilice su monopolio en el mercado de las búsquedas online para acaparar el incipiente mercado de la IA.
Google se ha pasado los dos últimos años luchando por reafirmarse como líder en inteligencia artificial frente a rivales cada vez más potentes, como OpenAI (la desarrolladora de ChatGPT). Obligar a Google a compartir datos y a redirigir algunos de sus productos de inteligencia artificial podría reducir su ventaja en la próxima batalla de la IA.
En un discurso pronunciado esta semana con motivo de la conferencia Women in Tech, Media, and Finance de The Information, Liz Reid, directora de búsquedas de Google, reconocía que los datos que posee Google le dan ventaja tanto en las búsquedas como en la inteligencia artificial. «Disponemos de grandes datos más allá de la web, como productos, mapas y datos deportivos», aseguraba Reid.
La CEO de Sunshine y exdirectiva de Google, Marissa Mayer, incidió más tarde en este asunto, llegando a decir que «Google posee todos los datos».
El Departamento de Justicia ha dicho que también está sopesando una propuesta para que las webs puedan optar por no participar en el entrenamiento de la IA de Google, además de no aparecer en los resultados de búsqueda que hayan sido generados por inteligencia artificial.
«En nuestra opinión, lo último que necesita Google ahora mismo en la batalla más amplia de la IA es tener que luchar con una mano atada a la espalda por los reguladores», apuntaban los analistas de Bernstein en su nota. Esta sería otra de las razones por las que Google se estaría pensando mucho la forma de apaciguar al regulador estadounidense. La compañía puede proponer sus propias medidas correctoras antes del 20 de diciembre de 2024 y querrá hacer todo lo posible para evitar el peor de los escenarios.
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Traducido por: Ramón Armero
Comentado por el Dr. Ricardo Petrissans (itálica).
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