Tecno feudalismo: Definición y características clave

Tecnofeudalismo

3 Jul, 2025

3 Jul, 2025

El tecno feudalismo es un concepto teórico que describe un sistema socioeconómico emergente en la era digital, donde grandes corporaciones tecnológicas (Big Tech) ejercen un dominio similar al de los señores feudales medievales. Estas empresas controlan recursos digitales esenciales —como datos, plataformas en línea y algoritmos—, generando una relación de dependencia entre los usuarios (llamados «vasallos digitales») y las corporaciones, quienes acumulan poder económico, político y social.

Examinemos sus elementos centrales. Dentro de ellos podemos contar a:

En primer lugar, tengamos en cuenta la analogía con el feudalismo medieval: donde encontraríamos a los señores feudales modernos: con empresas como Meta, Amazon, Google, Apple y Microsoft que actúan como los nuevos señores, controlando «feudos digitales» (plataformas y servicios en línea). Y, si tenemos señores feudales, debemos tener, como contrapartida a vasallos digitales, donde los usuarios intercambian sus datos personales y tiempo de uso por acceso a servicios, sin recibir compensación económica, replicando la dinámica de los siervos medievales que trabajaban tierras ajenas.

En segundo lugar, analicemos la llamada “moneda de cambio” que son los datos: los datos personales (hábitos de consumo, ubicación, interacciones) son la principal fuente de riqueza. Estos se extraen, analizan y monetizan mediante algoritmos para influir en comportamientos, desde compras hasta decisiones políticas.

En tercer lugar, tomemos la concentración de poder: las Big Tech monopolizan infraestructuras críticas (nubes, redes sociales, motores de búsqueda), limitando la competencia y controlando flujos de información. Su influencia trasciende lo económico: dictan normas de uso, manipulan debates públicos y evaden regulaciones estatales, operando como entidades «supraestatales».

En cuarto lugar, las rentas digitales contra las ganancias capitalistas: según Yanis Varoufakis, economista clave en esta teoría, el sistema ya no se basa en la producción y venta de bienes (capitalismo), sino en cobrar «rentas» por el acceso a plataformas y datos, similar a los señores feudales que cobraban por usar tierras (tenemos un desarrollo de la visión de Varoufakis, que recomendamos analizar).

Todo esto nos lleva también a impactos y a varias críticas:

  • La desigualdad económica: el 1% de las empresas tecnológicas concentra el 90% de la riqueza generada en el sector, exacerbando brechas sociales.
  • La pérdida de autonomía: los algoritmos deciden qué información consumimos, reduciendo la capacidad crítica y fomentando polarización.
  • La amenaza a la democracia: las Big Tech influyen en elecciones y políticas públicas, como demostró el caso de Cambridge Analytica.

Podemos adicionalmente seleccionar a los actuales autores clave, sin olvidar a los pioneros y a todos aquellos que sin ser “la nueva generación”, continúan en actividad, haciendo sus advertencia, como es el caso:

  • Yanis Varoufakis: acuñó el término en su libro Tecno feudalismo: El sigiloso sucesor del capitalismo, argumentando que la nube y los datos redefinen las relaciones de poder.
  • Shoshana Zuboff: autora de La era del capitalismo de vigilancia, describe cómo la explotación de datos erosiona la privacidad y la libertad.
  • Cédric Durand: economista francés que analiza la transición del neoliberalismo a un feudalismo tecnológico.

Los tres serán analizados en esta sección de formación e información sobre los efectos de las red y los conceptos de tecno feudalismo.

Ciertamente, podemos también citar – escasos, pero contundentes – ejemplos concretos:

  • Elon Musk y X (la antigua Twitter): que modifica algoritmos para priorizar contenido afín a sus intereses políticos, ejerciendo control sobre el discurso público.
  • Amazon y trabajadores «invisibles»: que aplica a repartidores y usuarios que entrenan algoritmos de IA sin remuneración, reforzando la explotación.

En síntesis, el tecno feudalismo representa una evolución crítica del capitalismo, donde el poder ya no reside en la producción, sino en el control de lo intangible: datos, atención y acceso digital.

Luego de esta explicación inicial, profundicemos un poco mas en el concepto de tecno feudalismo, ahora que hemos observado como autores de gran importancia lo definen como un nuevo orden socio económico.

Comencemos por analizar el contexto histórico y su evolución conceptual:

El término tecno feudalismo surge como crítica a la transformación del capitalismo global, donde gigantes tecnológicos (Big Tech) han reemplazado a Estados y corporaciones tradicionales como centros de poder. Su origen teórico se remonta a debates poscrisis de 2008, pero se popularizó con el libro «Tecno feudalismo: Lo que mató al capitalismo» (2023) de Yanis Varoufakis, exministro de economía griego. Este concepto retoma la analogía del feudalismo medieval, pero adaptada a la economía digital, donde la riqueza ya no se genera principalmente mediante la producción industrial, sino a través del control de plataformas, datos y atención humana.

De esta manera, y en forma de cuadro, hace una comparación entre aquellas diferencias clave entre capitalismo, feudalismo y el nuevo tecno feudalismo, la que exponemos a continuación.

Diferencias clave entre capitalismo, feudalismo y tecno feudalismo:

AspectoCapitalismo industrialFeudalismo medievalTecno feudalismo
Fuente de poderPropiedad de fábricas, tierrasControl de tierras y siervosControl de plataformas y datos
Relación laboralSalario por trabajoServidumbre (trabajo por protección)Intercambio de datos por servicios
MonedaDinero fiduciarioEspecies (trigo, oro)Datos, atención, algoritmos
Estructura de claseBurguesía vs. proletariadoSeñores feudales vs. vasallosBig Tech vs. usuarios/proveedores
Ejemplo históricoFord, fábricas textilesCastillo feudal, tierrasAmazon Web Services, Meta, TikTok

Fuente: Adaptado de Varoufakis (2023) y Shoshana Zuboff (2019).

Los mecanismos del tecno feudalismo:

El primero es la extracción de rentas digitales: las empresas no venden productos, sino que cobran por acceder a sus plataformas (ejemplo: suscripciones a Netflix) o por usar datos (por ejemplo: publicidad dirigida en Google). Un caso claro es el de Uber, que no posee autos, pero cobra una «renta» del 25-30% por cada viaje, convirtiendo a conductores en «siervos modernos”.

El segundo es la dependencia algorítmica: plataformas como Instagram o TikTok usan algoritmos para decidir qué contenido se viraliza, creando una jerarquía donde unos pocos «influencers» (nueva nobleza) concentran atención y ganancias, mientras la mayoría lucha por visibilidad.

El tercero es la privatización de lo público: Amazon domina el comercio electrónico, Meta controla redes sociales, y Google gestiona el conocimiento global. Estas empresas actúan como «gobiernos paralelos», imponiendo reglas (por ejemplo: políticas de moderación) sin rendir cuentas democráticas.

El cuarto es lapresentación de los denominados “trabajadores invisibles”: los llamados “clickworkers” (personas que etiquetan datos para entrenar IA) y repartidores de apps ganan menos de 3 dólares por hora, sin derechos laborales, replicando la explotación feudal en la economía gig.

Algunos casos paradigmáticos:

Amazon y el «feudo logístico»: la empresa controla el 40% del comercio electrónico en EE. UU. y el 50% de la nube pública global (AWS). Pequeñas empresas dependen de su infraestructura, pagando comisiones de hasta 45% por ventas, mientras Amazon copia sus productos con Amazon Básics.

Meta y la economía de la atención: Facebook e Instagram monetizan el tiempo de los usuarios: en 2023, el estadounidense promedio gastó 2.5 horas/día en sus plataformas, generando $65.000 millones en ingresos publicitarios para Meta.

Tesla y la autonomía ilusoria: los autos Tesla recopilan datos de conducción para entrenar su IA. Si un usuario intenta reparar su vehículo sin software oficial, la compañía puede bloquear funciones, ejemplificando la pérdida de propiedad privada en favor del control corporativo.

Conclusión: ¿Hacia un nuevo contrato social?:

El tecno feudalismo no es una metáfora, sino una realidad en ciernes. Plataformas como Airbnb han vaciado barrios enteros, algoritmos deciden empleos y préstamos, y la riqueza se concentra en CEOs como Musk (fortuna: $220.000 millones) mientras el 60% de estadounidenses vive paycheck to paycheck.

La solución, según Varoufakis, requiere nacionalizar infraestructuras digitales y crear un «commons de datos», donde la información sea un bien público. Como él afirma: «En el tecno feudalismo, somos campesinos digitales. Pero internet nació como un ágora, y puede volver a serlo”. La disyuntiva es clara: democratizar la tecnología o aceptar un medievo digital donde unos pocos controlen el futuro de todos.

Autor: Equipo de análisis de Laboratorio del Futuro

Autor: Equipo de análisis de Laboratorio del Futuro

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